Paternidad y educación en tiempos de Covid-19

 


Paternidad y educación en tiempos de Covid-19

 

Estamos viviendo tiempos de cambios inesperados, hemos tenido que irnos adaptando hacia nuevos retos y nuevas modalidades que desafían nuestras vidas como hombres y más específicamente como padres, y hasta cierto punto esto ha sido bueno, y permítanme hacerles entender porque, hemos delegado nuestras responsabilidades de educar a nuestros hijos a otros (los maestros) y solo nos hemos conformado con preguntar de cuando en vez en una reunión como van nuestros hijos, quizá usted piense que no es su caso y permítame felicitarlo, usted es una excepción pero el común denominador es desalentador en cuanto a participar activamente en la crianza y educación de los hijos y hace unos pocos días lo confirme vívidamente.

Mi hijo Noah tiene dos años y medio de edad, es un chico estupendo y travieso pero hace unos meses mi esposa que es educadora de niños de profesión se dio cuenta que el niño tenía un retraso en el habla por lo que decidimos que había que hacerle una evaluación con una institución competente en esa área, así que me toco llevar al chico a su evaluación aunque más bien la primera cita para estos fines era de conocimiento y la entrevista era para los padres a fin de conocer la situación del niño, cuando la psicóloga me recibió me pregunta por mi esposa que si no nos acompaña, al hacerle entender que no, ella simplemente puso una negativa de que no avanzaríamos mucho porque no consideraba que yo podía aportarle la información necesaria acerca de mi hijo, para mí eso es fue una afrenta, soy su padre y se supone que debo conocer todo lo concerniente a él. Gracias a Dios pudimos avanzar bastante pero las palabras finales de quien atendía nuestro caso me hicieron pensar bastante, ¨la mayoría de padres (hombres) que vienen a consulta no logran aportar casi nada acerca de su esposa e hijos¨.  

Esto debería darnos vergüenza y hacernos analizar seriamente si estamos cumpliendo con el rol que Dios nos ha otorgado como hombres en nuestros hogares y sobre todo si estamos siendo participantes activos en la educación de nuestros hijos y si no es así Dios en su inmensa gracia y sabiduría nos está brindando la oportunidad de que esto pueda cambiar, porque nuestros hijos ya no serán supervisados activamente por sus maestros ya que la nueva modalidad virtual nos permitirá que seamos nosotros quienes estemos al pendiente, velando por el buen desarrollo de nuestros hijos y de que estos aprenden, así que para ayudarnos mutuamente en este nuevo reto permíteme compartir algunos consejos que las Escrituras nos dan.

   

  • Proverbios 14:26 ¨En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos.

 (Nuestros hijos necesitan una esperanza)

Estos nuevos cambios no solo han sido un desafío para nosotros como adultos, nuestros hijos sin importar la edad que tengan han sufrido con esta investida inesperada, no verán a sus amigos como antes con los cuales podían compartir meriendas o jugar en recreo para quienes tenemos hijos pequeños pero para los adolescentes ha supuesto un aislamiento de su círculo más íntimo y todo eso genera estrés en el hogar, como padres nuestra principal tarea es tener una confianza firme en el temor del Señor y a su voluntad para con nosotros en este tiempo y poder transmitir esa confianza y esperanza a nuestros hijos, no es el final, la vida debe continuar y si ellos ven temor en nosotros también tendrán miedo.

Dale esperanza a tus hijos en Cristo y su venida, todo esto pasara y tenemos la confianza firme de que vendrán cielos nuevos y tierra nueva donde el covid no habitara pero mientras esperamos ese día estemos confiados y con esperanza.

  • 1 Timoteo 5:8 ¨Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo¨.

(Provea los medios necesarios)

En enero de este año mi laptop se dañó y no tuve la oportunidad en el momento de arreglarla, cuando apareció este virus los precios de las cosas se multiplicaron incluyendo la pieza que estaba dañada de mi computador, estaba desempleado y sin esa cantidad de dinero pero recuerdo haber orado al Señor que tan necesaria era para fines de su reino y para los estudios de mi hija, el Señor nos suplió, había un montón de cosas que hacer y pagar pero era mi responsabilidad proveer por las necesidades educativas de mi hija y justo por eso había orado, era mi deber cumplir ante el Señor.

No le estoy diciendo que sea irresponsable con los compromisos fuera de casa pero entienda que su primer compromiso es con su familia, cumplamos con ellos, no se comporte como los incrédulos que a muchos nada le importa de sus hijos, confirme su fe en el Señor y si algo le hace falta pida a su Padre celestial para que les provea pero no se comporte como que nada se necesitara, sea diligente ante Dios y su familia.

  • Proverbios 1:8 ¨Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre¨.

(Instruye tus hijos)

Lamentablemente hemos permitido que la cultura de este mundo influya en nuestras maneras de actuar y dirigir nuestros hogares, creemos erróneamente que como hombres solo debemos interferir en nuestros hijos para mostrar fuerza y dominio cuando las cosas se salen de control y hemos dejado la difícil carga de educar únicamente a las mujeres, cuando la palabra de Dios es clara y enfática en que como padres debemos instruir, esto quiere decir que debemos proporcionar conocimientos y habilidades que ayuden a nuestros hijos no solo en el área espiritual que es la más importante, sino también su desarrollo educativo, en un todo, ciertamente no somos maestros o quizás no tenemos la educación necesaria para ayudarles pero el hecho de sentarnos a su lado e interesarnos en lo que aprende les está dejando una enseñanza clara de que estas ahí, no solo provees sino que instruyes.    

  • Colosenses 3:21  Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.

(Tengamos paciencia)

Ser partícipes de la enseñanza de nuestros hijos tiene sus retos y un gran esfuerzo que poner en marcha, creo que por eso hay tan pocos hombres que se involucran en esta tarea, esto nos saca de nuestra zona de confort, implica sacrificar nuestro tiempo viendo deportes en el cable o películas de acción en Netflix pero lo que más exige es paciencia, respirar y calmarnos, no siempre nuestros hijos van a la velocidad que esperamos o deseamos, la manera de aprender entre uno y otro puede variar considerablemente y eso puede hacernos perder los estribos, hablo por experiencia,  y esto puede causar desaliento en nuestros hijos y un seguro rechazo a que les ayudemos, por favor presta atención a esto y no exasperes a tus hijos mientras estudian en casa, ya esto de por si es una carga para ellos.

Dios nos de sabiduría.             

 

Michael Medina

Siervo, esposo y padre


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