“Las deudas me agobian”

“Las deudas me agobian”

Y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.
(1 Tesalonicenses 4:11,12)

 

Dios me dio la oportunidad de tener unos padres que me inculcaron la responsabilidad, los valores de estudio, el trabajo y sobre todo una madre que supo guiar a mis hermanos y a mi en los caminos del Señor, no hay mejor legado o herencia, nací en un pequeño pueblo de la línea noroeste del país, Mao Valverde y allí cursé mis estudios secundarios para luego trasladarme a la ciudad de Santiago de los Caballero para ir a la universidad con el fin de estudiar medicina, me gradué de médico y por más de veinte años he ejercido la carrera en diferentes áreas aunque actualmente no estoy laborando en ningún institución privada o pública sino como servicio voluntario por medio de operativos médicos donde me necesiten .

 ¿Por qué cuento todo esto? Bueno, me da la oportunidad de introducir un tema tan neurálgico como es la administración de los recursos económicos que son tan importante en este mundo para cualquier necesidad y con ello la alta angustia que resulta el permanecer endeudados sin planificación u objetivo claro de lo que se quiere, muchas veces por vanidad o ignorancia en el buen manejo de lo que Dios ha puesto en nuestras manos, no quiero causar ningún sentimiento de culpa cuando leas este artículo, ni pretendo ser un experto en finanzas, solo deseo compartir lo que me ha dado resultado y de qué manera, de acuerdo a lo que la Palabra me enseña, poder cuidarnos de ser buenos administradores de los recursos que Dios ha puesto en nuestras manos, (Ahora bien, se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel 1 Cor.4:2) y al mismo tiempo evitar que las deudas innecesarias nos agobien, es bueno resaltar “las deudas innecesarias” más adelante lo explicaré.

En mi introducción les expuse que actualmente no estoy devengando ningún beneficio económico por mi profesión como médico, ya que hace ya diez años acepté el reto de ejercer mi llamado como pastor a tiempo completo, pero ¿Qué implicó esto? Bueno, adaptarme a la realidad de un sueldo que pudiera aportarme la iglesia que pastoreo, recuerdo que cuando le dije a mi esposa que oráramos para renunciar de mi trabajo secular, donde recibía  muy buenos recursos que nos permitían vivir cómodamente, mi esposa también es médico y continúa ejerciendo, sus palabras fueron de consolación y apoyo: Acepto el reto, me dijo, entendiendo que estamos renunciando a tener las comodidades que resultan de los ingresos económicos que teníamos, pero si Dios te guía no seré un obstáculo. Inicié el proceso y esto implicó que mi sueldo se redujera a un tercio de lo que devengaba, literalmente, era lo que la iglesia me podía pagar, debo decirles que fue una etapa difícil, en la cual tuvimos que hacer ajustes fuertes en la familia, debemos saber que cuando tenemos ingresos fijos normalmente nos adaptamos a los mismos en los gastos, ahora, todo reducido de manera drástica.

¿Qué hice que nos ha dado resultado a lo largo de los años y que las deudas no me agobiaran en el proceso? 

  1. Me acuñé el mandato bíblico dado por el mismo Jesús. “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33) Puedo decirles que Dios ha sido fiel en todo este proceso, las demandas de una sociedad consumista y de vanagloria nos impulsa a todos a cometer errores que rompen las enseñanzas de Jesús, siguen las mismas necesidades de siempre, pero me adapto a la realidad en la que vivo sin pretender lograr más allá de mis posibilidades y esto es extremadamente importante, es necesario aprender a vivir con lo que recibo o gano como pastor en este caso. Además, nunca me he olvidado de que existen cosas en este mundo pasajero de mayor valor que el dinero. (De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, Y la buena fama más que la plata y el oro. Prov. 22:1)

  2. No me dejo llevar de la presión social. Esto implica olvidarme de querer tener el mejor celular (siempre hay uno nuevo y muy caro), el mejor vehículo, la más bella casa, la ropa de marca (al menos que me la regalen) Debo decirles que no es tan fácil librarse de esta realidad, pues tenemos un bombardeo permanente con el fin de que caigas en los lazos de la propaganda en las redes, televisión, cine, en todo lugar, al verlo en tus vecinos, compañeros de trabajo, amigos, aun familiares, debemos clamar a Dios que nos haga activar un elemento esencial del fruto del Espíritu, el dominio propio (Gal.5:24), y así huir de la tentación, salir victoriosos.

  3. Aprendí a dar prioridades. Y este punto es esencial el que se haga un presupuesto, aunque sea en una mascota, para saber cuanto entra al mes, conocer los gastos fijos de: casa (si estás alquilado o pagas la tuya) agua, luz, internet, gastos médicos, vacaciones (nunca se olvide de compartir con la familia) mis diezmos y ofrendas al Señor (innegociable) Mas acuérdate del Señor tu Dios, porque Él es el que te da poder para hacer riquezas (Deuteronomio 8:18ª)

  4. Asumo solo deudas con propósito. ¿recuerdan que deben tener cuidado con las deudas innecesarias? Gracias a Dios pudimos pagar la deuda de la casa en 15 años cuando estaba pautada pagarla en 20, esto nos permitió realizar un nuevo préstamo para hacer una remodelación y ampliarla y tener mayor comodidad, a eso hablo asumir una deuda con propósito, entiéndase la adquisición de tu casa, un carro que pueda movilizar la familia, un negocio que pueda generar recursos, siempre y cuando el pago del préstamo este dentro del presupuesto, nunca haga un prestamos para un lujo o romper ojos a otros, grave error que puede afectar el futuro de usted y su familia. Mejor es un bocado seco, y en paz, Que casa de contiendas llena de provisiones. (Prov.17:1)


¿Te agobian las deudas? Estas reglas no son infalibles, pero me ha dado resultado y ha resultado en hacer cumplir lo que el apóstol Pablo le recomendaba a los tesalonicenses: Y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada. (1 Tesalonicenses 4:11,12)

 

Dios les bendiga,


 

Ps. Pedro Juan González P.

Primera Iglesia Bautista de Santiago, R.D.

Octubre 2020


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